A veces cuando uno hace alguna crítica, comentario o reseña sobre una película, disco, libro o demás se nos suele ir el santo al cielo, nos tiramos líneas y líneas dándole vueltas a nuestra opinión, vistiéndola de cierta pedantería cuando, el que lee, quiere saber principalmente si la película, disco, libro o que se yo nos ha gustado y para eso lo mismo hemos gastado 500 palabras y al final no que da claro si lo recomendaríamos o lo desecharíamos.
Con Wiplash es muy sencillo, es una película imprescindible, brutal , conmovedora, sin duda la mejor película que he visto este año y en años. A decir verdad desde «Drive» no había visto una película que me llegara tanto, y he de reconocer que al final , viéndola en el sófa de mi casa, me levanté y aplaudí.
Brevemente, Wiplash trata de un joven alumno de batería que estudia, según sus palabras , en una de las mejores escuelas del país en lo referente a enseñanzas musicales, y es ahí cuando conoce al profesor Fletcher, un apasionado de la música que llevará, literalmente al límite al joven alumno.
El guión tiene una de las mayores virtudes que puede tener una historia, te atrapa a los dos minutos de empezar la película y no te suelta hasta el final, no hay respiro, te absorbe por completo. La obsesión del chico por dar la talla para así ser uno de los mejores baterías es también tu obsesión, sufres con él, te duelen las manos con él, sangras con él y eso es muy difícil de conseguir en una película.
Otro detalle muy destacable de la historia es ese pequeño giro engañoso que parece que la película va a dar al final, haciéndola un poco del montón y que, finalmente, lo único que hace es jugar un poco con el espectador para llevarnos a unos de los mejores finales de película de los últimos tiempos…
Por otro lado las interpretaciones. El alumno, interpretado por un espléndido Miles Teller y, sobre todo , profesor, personaje sencillamente bordado por el magistral J.K Simmons no hacen más que elevar todavía más el listón de la cinta.
Hay ciertos detalles en la interpretación, gestos de uno y de otro, que son sencillamente mágicos, esos detalles que no se ensayan, que simplemente sólo algunos actores, en este caso Simmons, son capaces de mostrar.
Y el final… un duelo sin pistolas, te pone los pelos de punta, y no entro en más detalles porque todo lo que pueda añadir sería restar magia a ese momento si todavía no habéis visto Wiplash.
En fin… Mágica, estremecedora, brutal, absorbente, genial, arrolladora ¿Queréis que siga?…